Dorsales maratones españa

¿Has oído hablar del “efecto dorsal”? Y no, no es el título de una nueva película de acción. Es un término que los corredores utilizan para describir una sensación que ellos sienten cuando se ponen un dorsal y misteriosamente tienen una motivación extra, además de un mayor rendimiento comparado con los entrenamientos realizados. No es una casualidad que a TODA persona que ha participado en una carrera tenga esa sensación. Si todavía no has tenido la oportunidad de ponerte un dorsal, yo te voy a contar que es y porque deberías de probarlo.

¿Qué es el efecto dorsal?

El “efecto dorsal” es más que solo un número pegado en tu pecho. Es una metáfora del torrente de emociones y sensaciones que experimentas cuando te preparas para una carrera. Desde el momento en que te colocas ese dorsal, te conviertes en parte de algo más grande que tú mismo. Te unes a una comunidad de corredores, todos con sus propios objetivos y motivaciones, pero compartiendo el mismo camino hacia la meta.

La magia comienza mucho antes de que suene el pistoletazo de salida. Es la emoción en el aire mientras te mezclas con otros corredores, intercambiando historias y nerviosismo pre-carrera. Es el cosquilleo en el estómago cuando te alineas en la línea de salida, listo para enfrentarte a lo desconocido. Es la explosión de energía cuando finalmente cruzas esa línea y te sumerges en la carrera.

Pero el “efecto dorsal” no se trata solo de la carrera en sí. También es sobre el viaje que te lleva hasta ese momento. Los meses de entrenamiento (en verano preparando el maratón de Berlín), los días buenos y malos, las lesiones superadas y los momentos de duda. Todo eso se suma a la experiencia y hace que el momento en que te colocas el dorsal sea aún más significativo.

El efecto dorsal el día de la carrera

Y luego está la carrera en sí. Es una montaña rusa de emociones, con altibajos que van desde la euforia hasta la fatiga extrema. Es el sonido de tus pies golpeando el suelo, el latido de tu corazón en tus oídos, la sensación de libertad mientras te abres camino por las calles. Aunque esto parezca muy poético, creerme cuando os digo que vais a sentir estas sensaciones.

Pero lo mejor de todo es la sensación de logro al cruzar la línea de meta. No importa si eres el primero o el último, esa sensación de haber dado lo mejor de ti y haber llegado hasta el final es incomparable. Es el momento en que el “efecto dorsal” alcanza su punto máximo, y te das cuenta de que eres capaz de mucho más de lo que creías posible.

Conclusión

En resumen, la próxima vez que te pongas un dorsal, tómate un momento para apreciar la magia de ese momento y DISFRUTA. Porque el “efecto dorsal” no es solo sobre correr una carrera, es saber valorar la experiencia y celebrar todo lo que te hace único como CORREDOR.

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